En honor a la enfermeria


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A lo largo de la vida hay situaciones que no te planteas hasta que suceden, y estos días me he dado cuenta de que mi profesión, esta que ejerzo con orgullo y dedicación, es una de las profesiones de que deberíamos potenciar más, no solo los que nos dedicamos a ella sino la sociedad en general.

Las enfermeras y enfermeros están (estamos) al lado de nuestros pacientes las 24 horas del día, los 365 días del año, apoyándoles una amplia gama de cuidados, desde los más técnicos a los que incluyen un apoyo emocional.

Un enfermero o enfermera es alguien que está a tu lado, en un ambiente para la inmensa mayoría de la población considerado hostil: catéteres, sondas, drenajes, tratamientos invasivos que dejan una personalidad en un segundo plano. Esa enfermera que se aproxima a tu cama sea a la hora del día que sea, es quién va a velar por tu salud, por tus cuidados, por tu seguridad.

Ya no se trata de saber colocar un catéter en las mejores condiciones, hacer un procedimiento sin causar dolor, ni administrar una medicación según el protocolo. Una enfermera (o enfermero) te tiende la mano, hace que confíes en él o ella porque en ese momento de soledad, de enfrentarte al miedo o un inicio de una enfermedad, es quién va estar a tu lado permanentemente.

En estos días he visto el verdadero valor de la profesión que llevo ejerciendo desde hace más de 10 años y me he sentido orgullosa de caminar siempre al lado de colegas que me han enseñado a trabajar y a la población que atiendo que me ha enseñado a sonreír, una mañana, una noche o una madrugada, la hora no es importante, solo el honor de ser quien somos…. ENFERMERA(OS)